Había esperado esta película por bastante tiempo. Me llamaba la atención la mezcla de talento histriónico experimentado como John Travolta o Benicio Del Toro y la juventud prometedora como la de Taylor Kitsch y Aaron Johnson. Si, obviamente lo que mas me atraía del elenco era la hermosa Blake Lively pero, desde la silla del director brillaba el resurgiente nombre de Oliver Stone, y eso si que marcó la pauta de un buen filme.
-Esta película tiene que ser estupenda- pensé. Y no me equivoqué. La narrativa se centra en el explotado negocio ilícito de las drogas, las mafias y los conflictos por el dinero. Nada nuevo, es verdad, pero precisamente en esos casos es cuando relucen los buenos guionistas y directores, haciendo gala de su creatividad para contarnos la misma historia de "Pepito", desde otro ángulo y con pinceladas de colores que no conocíamos.
Un triángulo amoroso es el centro de la epopeya, en la que la acción marcará tu estado de tensión por encima de lo permitido y el drama se adorna con la crudeza necesaria y justificada como para que quedes con la boca abierta y quieras cerrar los ojos. Un secuestro, muchas víctimas, dos héroes, muchos villanos, una película, dos finales.
Nada trillado, un guión bien contado con acciones, reacciones y sorpresas fielmente justificadas, donde una hoja de árbol no se cae si no es necesario y todo encuentra complementación en una dirección artística y fotográfica que te hace pensar que en Instagram ya se pueden filmar vídeos.
La musicalización y los efectos de sonidos van acorde a cada escena, un simple tambor, música clásica o un rap underground te van a mantener igual de tensos dependiendo de la escena en desarrollo. Los estallidos, las balas, los autos, todo suena por encima del nivel. El audio te involucra completamente con el largometraje.
La actuación se conjuga en seguras directrices de Stone y la personalidad interpretativa que le inyecta cada actor a su personaje. Todo el casting es un acierto reflejado en nombres que están en boga y otros nombres que no pasan de moda. Los dos protagonistas, Taylor Kitsch (Chon) y Aaron Johnson (Ben), marcaron perfectamente lo distinto que son sus personajes. Uno es el tipo rudo que ha perdido su código de conducta y el otro es el chico suave que mantiene la fe en un mundo mejor; los dos muestran acertadamente la evolución de sus personajes a lo largo de la película, navegando en ese mar que se vuelve cada vez mas tempestuoso. El amor de ambos es Blake Lively (O), el arquetipo femenino que sufre durante la película entera antes de ser rescatada; lo hizo bien, pero pudo -y se esperaba- que de mucho más. John Travolta da vida a un agente federal corrupto que siempre está en medio de los dos castillos pero nunca sabes a cual de los dos sirve; su actuación fue bien lograda, en sus breves escenas te logra recordar la mezcla de personajes de Face-Off. Pero quien se lleva por completo los laureles es sin duda Benicio Del Toro, el antagonista de la historia quien interpreta a un mexicano llamado Lado, el tipo que se encarga del trabajo sucio en el cartel, y que armó un personaje tan genuino y sin clichés que nunca sabes que esperar de él, magistral personificación de quién podría ser el mejor actor latino en tierras hollywoodenses. También los acompaña Salma Hayek, el punto flojo.
Oliver Stone hizo un trabajo grandioso con esta película, volvió a demostrar su refinería visual de alto rango y su narrativa insuperable.Un compendio que se marca con una sencillez absoluta pero que sirve a gran escala para expresar sus discursos, como no involucrando a la política pero sin hacerla protagonista. -Decir las verdades no debería ofender a nadie-, me imagino que piensa mientras trabaja en sus películas el tres veces ganador del Oscar.
Mi recomendación está hecha, solo les queda disfrutar esta apasionante película.
Trailer de 'Savages'.
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